El Gobierno británico gastó ayer el último cartucho para reactivar el crédito bancario. Gordon Brown volvió a echar mano del dinero de los contribuyentes para forzar a los bancos a autorizar préstamos a empresas y particulares. La recapitalización en el sector el pasado octubre, cuando se invirtieron 40.300 millones de euros de dinero público, no ha incentivado la financiación de particulares y empresas. Si este plan falla, el Reino Unido podría ver nacionalizadas la mayoría de sus grandes entidades bancarias pronto.

El nuevo plan contempla un sistema de seguros, que puede superar los 120.000 millones de euros. El plan también incluye la creación de un fondo del Banco de Inglaterra, por valor de 56.000 millones de euros, para comprar directamente participaciones de grandes empresas y firmas de todos los sectores de la economía.