Nada se libra en Estados Unidos de los efectos del continuo debilitamiento del dólar frente a otras monedas como el euro, la libra o el yen. Uno de cada cinco agentes inmobiliarios del país, por ejemplo, ha vendido en el último año una casa a un inversor extranjero y han sido los turistas internacionales quienes han salvado la temporada de ventas navideñas.

El nuevo poder de los compradores llegados de fuera es mirado con cautela por grandes casas de moda como Bottega Veneta e Yves Saint Laurent (del grupo Gucci) y Prada, que acaban de limitar el número de bolsos, zapatos y otros complementos que se puede llevar cada comprador.

En establecimientos y grandes superficies donde el lujo es materia prima como Neiman Marcus, Saks Fifth Avenue y Bergdorf Goodman, así como en algunas de sus tiendas on line, se han empezado a imponer cupos del tipo de tres bolsos de una determinada marca por persona al mes. Y aunque en alguna de las webs se asegura que la limitación se debe "a la gran demanda", varias fuentes citadas en un artículo reciente de The New York Times reconocían que temen que se cree un mercado negro de reventas que no solo les hace perder dinero, sino la imagen de exclusividad.

No se trata de un movimiento sin precedentes. El grupo LVMH ya limitó sus ventas por persona al año a dos bolsos de cada modelo, y a principios de esta década se despertó cierto escándalo en París cuando Gucci, Hermès y Louis Vuitton empezaron a imponer cupos en un gesto que se interpretó como un intento de frenar la avalancha de compras de clientes asiáticos.

No solo afecta a los complementos de lujo. En las tiendas de Apple, un cliente puede comprar cinco iPhones. Y en los casi 1.000 establecimientos de BestBuy, cadena de electrónica, un consumidor no puede llevarse más de tres DVD, videojuegos y CD en cada visita.

La opción preferida

Los vendedores ponen en la diana a potenciales revendedores, sobre todo en pequeños comercios en el extranjero o internet. Las diferencias de precio entre EEUU, Europa y Asia oscilan entre el 10 y el 40%. A lo compradores estadounidenses les parece mejor los cupos que la otra opción que barajan grandes firmas y que algunas ya han empezado a aplicar: subir considerablemente el precio de sus productos en dólares para hacer contrapeso a la debilidad de la moneda.