Las 17 fábricas de automóviles que hay en España tienen asegurado el futuro en los próximos tres años. Las marcas invertirán unos 6.000 millones de euros (casi un billón de pesetas) en ese periodo. Esta seguridad a medio y corto plazo da un respiro a los fabricantes para negociar acuerdos de flexibilidad interna que permitan mantener la competitividad de España, amenazada por la pujanza de los tigres del Este.

Las inversiones superaron los 1.000 millones de euros (166.386 millones de pesetas) en el 2002, pero se quedaron por debajo de los cerca de 2.000 millones de euros (332.772 millones de pesetas) invertidos en el 2001, según explicó a este diario el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Jesús Ruiz-Beato, en el marco del Salón Internacional del Automóvil de Barcelona, que ayer abrió sus puertas al público. El nivel del 2001 fue similar al de 1993.

Los 11 nuevos modelos que se empezarán a producir en este ejercicio centrarán buena parte de la inversión de las marcas. Según el sector y del Ministerio de Ciencia y Tecnología, los 6.000 millones de euros comprometidos por los fabricantes generarán una inversión indirecta en los proveedores de una cuantía similar en el mismo periodo.

Los fabricantes opinan que España sigue siendo competitiva para el sector de la automoción. El debate sobre la competitividad de España en la fabricación de automóviles estalló con toda la intensidad cuando Bernd Pischetsrieder, entonces presidente de Seat y ahora al frente del consorcio alemán Volkswagen (VW), dijo con toda rotundidad que este país no es un lugar idóneo para instalar una fábrica.

Unos años después, VW tomó la decisión, en septiembre pasado, de trasladar un 10% de la producción a Bratislava (Eslovaquia). Este episodio, junto con el cierre de la planta de cableado para coches de Lear en Cervera (Lleida), por el traslado de la producción a Polonia, encendió aún más el debate de la amenaza de los países del Este europeo.

Ruiz-Beato advirtió de que "la competitividad no es estática, es dinámica". La mejora no se consigue, según apuntó, con grandes decisiones o inversiones ad hoc , sino con un goteo de medidas diarias que han de ser negociadas con las plantillas.

NEGOCIACIONES

Ahí intervienen los sindicatos. Seat, Renault y Volkswagen tienen abiertas negociaciones para conseguir mecanismos de flexibilidad que permitan un margen de adaptación de la producción más amplio que el que solían tener hasta ahora las fábricas, que permite aumentar o reducir alrededor de un 15% el ritmo de fabricación. El objetivo para la mayoría de fabricantes es duplicar esa flexibilidad.

Para ello, se está extendiendo el sistema de la bolsa de horas, que prevé una remuneración fija y una cifra de días flexibles que se trabajan según las necesidades. CCOO y UGT aceptan este sistema con reservas respecto a la remuneración y a la participación en la forma de organizar la producción. En el ránking mundial de producción de vehículos, España ha bajado de la sexta a la séptima posición por detrás de China.