Con una huelga a la que se han sumado cientos de miles de empleados del sector público, los sindicatos griegos expresaron ayer su más enérgico rechazo a las medidas de austeridad con las que el Gobierno trata de hacer frente a la crisis de endeudamiento que ha colocado al país en el disparadero y en el centro de mira.

Miles de manifestantes desfilaron por las principales ciudades del país, sobre todo en Atenas, donde los sindicatos aseguraron que un 85% de funcionarios secundaron el paro, que también afectó al tráfico aéreo. Los huelguistas portaron pancartas contra los recortes en el gasto social, y el aumento de la edad de jubilación.