Y por fin, la reclamada reacción de las autoridades. Eso sí, con más dosis de dialéctica que de toma de decisiones. Es dudoso que mil mensajes contundentes tengan la misma fuerza que una medida de calado. Pero también es cierto que no se gana un pulso solo cediendo, y menos con los mercados.

La decisión del Banco de España de dar más información sobre la exposición de la banca al ladrillo debería dar réditos, porque es uno de los asuntos que más miedo despierta entre los inversores extranjeros. Una prueba: la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis aseguró ayer que las cajas tienen carteras de suelo sin edificar que ha perdido prácticamente todo su valor.

Pero el Gobierno se limitó básicamente a proclamar su compromiso con la reducción del déficit y a descartar "absolutamente" que España vaya a ser rescatada. Que las autoridades irlandesas y griegas hiciesen proclamas similares no prejuzga nada, pero tampoco tranquiliza, como quizá sí lo hubieran hecho los reclamados nuevos pasos en la reforma de las pensiones o en el ajuste fiscal.

Así las cosas, una día más sumamos acólitos y enemigos. La OCDE y, sorpresa, Standard & Poor´s avalaron que España tiene una economía y unas cuentas públicas más sólidas que el resto de países bajo presión. Pero un informe de Citi dio por seguro que Portugal caerá antes del 2011 y España después. Y Deutsche Bank le instó a pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional. Los ataques a Portugal, además, van al alza. La prensa alemana publicó, citando fuentes difusas, que la Comisión Europea y el BCE están presionando a los lusos para que pidan el rescate y eviten el contagio de España. Más caldo de cultivo, pese a que fuese negado.

Como la cosa sigue turbia, el diferencial del bono español a 10 años con el alemán de referencia marcó el enésimo máximo histórico de la semana (264 puntos básicos), si bien bajó hasta los 246. El Ibex 35, en consecuencia, sigue en caída libre: se dejó el 1,76%, hasta los 9.547,2 puntos, con lo que ha sufrido su tercera peor semana del año (7,05% de caída). La banca sigue en el ojo del huracán, y como pesa mucho en el índice y es muy líquida, arrastra al selectivo.