El secretario general de UGT, Cándido Méndez, sostuvo ayer que en el proceso de ampliación europea "hay una proyección sobredimensionada y pensamos que deliberada de las consecuencias de las deslocalizaciones". De acuerdo con el líder sindical, la inmensa mayoría de las inversiones productivas en el continente continúan teniendo como destino Europa occidental.

"En el año 2003, el 97% de las inversiones extranjeras directas hacia la Unión Europea (UE) fueron a parar a países de la antigua Europa de los 15". Las inversiones internas en la UE arrojan los mismos porcentajes: el 97% son flujos financieros entre países de los 15. Incluso se ha producido un nuevo fenómeno. "Una vez firmado el Tratado de Adhesión por los países del Este ha habido un frenazo en las inversiones", dijo Méndez durante un encuentro sobre derechos laborales celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

Según Méndez, el principal problema laboral derivado de la ampliación europea no son las deslocalizaciones, sino la adquisición de empresas del Este de Europa por multinacionales extranjeras. "Se está produciendo un proceso de privatizaciones en el que las multinacionales se hacen con empresas financieras o de servicios básicos", aseguró. "Estas privatizaciones provocan pérdidas de empleo y no producen un aumento de la capitalización de los países del Este, pues las multinacionales retornan los beneficios al país de origen".

En relación con el "fontanero polaco", figura utilizada en Francia por los partidarios del no a la Constitución europea, Méndez explicó que "no hay contraposición entre los intereses de los trabajadores de la Europa de los 15 y los de los trabajadores de los países de la ampliación".