«Le aseguro que el 23 de marzo, el señor Guindos ya no será ministro del Gobierno de España» si es designado para el cargo de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), afirmó ayer el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, descartando así una dimisión anticipada del ministro de Economía antes de que el Consejo Europeo tome una decisión sobre la vacante, tal como exige el PSOE.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, Méndez de Vigo evitó precisar cuáles son los apoyos recabados que hacen pensar al Gobierno que, con toda seguridad, saldrá adelante la candidatura de Guindos para sustituir al portugués Vitor Constâncio en el cargo que quedará vacante a partir del 1 de junio. A pesar del rechazo inicial que el nombre de Luis de Guindos suscita en el BCE y en el Parlamento Europeo -más favorables a la candidatura de una mujer de perfil técnico- el Gobierno se muestra convencido de que la baza del ministro español se impondrá a la de su competidor, el presidente del Banco de Irlanda, Philip Lane, sin aportar mayor concreción sobre los apoyos logrados.

Aunque se evita decirlo en público, el Gobierno da por seguro el apoyo de Alemania a la candidatura española. No en vano, la designación oficial de la candidatura de Guindos, el pasado miércoles, se produjo después de amplias conversaciones telefónicas durante el fin de semana previo entre Mariano Rajoy y la cancillera alemana, Ángela Merkel.

España precisa ahora del apoyo alemán. Y para Alemania puede resultar útil el apoyo español a finales del 2019 cuando quede vacante la presidencia del BCE que ahora ocupa el italiano Mario Draghi, puesto al que aspira el alemán Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. También se dan por hechos los apoyos de Portugal y de Eslovaquia. La decisión debe ser adoptada por mayoría reforzada de 14 países representativos del 65% de la población española como mínimo.