El tramo final de la jornada se llevó por delante la esperanza con que amanecieron los mercados. Un fuerte repunte la víspera en Nueva York, la subida del Nikkei --animado por buenos datos macroeconómicos--, un aumento inesperado de las ventas minoristas y un crecimiento superior al esperado del producto interior bruto (PIB) de Japón contribuyeron a fomentar la tendencia alcista en los índices. Pero algunas grandes compañías europeas se encargaron de enfriar los ánimos. UBS, el mayor banco europeo por activos, registró las mayores pérdidas trimestrales, por lo que recibió una dura reprimenda en el mercado. El banco alemán Commerzbank anunció beneficios mejores de lo previsto, sin embargo, su presidente advirtió de que el 2008 no será un año sencillo.

Estos mensajes de cautela tuvieron un contrapunto en los positivos resultados trimestrales de grandes empresas como Danone, Lafarge o Cap Gemini, que invitaron a hacer compras selectivas.

La publicación de los datos de crecimiento más débiles en las grandes economías europeas, Alemania y Francia y de España rebajaron las expectativas de compras. El BCE reconoció en su boletín de febrero la existencia de riesgos a la baja para el crecimiento económico de la zona euro. Y, por si no fuera suficiente, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, admitió que las perspectivas económicas de su país se han deteriorado y que existe la posibilidad de un empeoramiento mayor de lo esperado. Wall Street reaccionó, como era de esperar, con caídas del 1%.

En el mercado español, el Ibex cedió el 0,35%, hasta los 13.313 puntos, tras haber mantenido una mejor evolución durante toda la jornada. Las eléctricas se movieron al alza ante los rumores de fusiones y compras en el sector. Los avances han venido a menos, por el lastre de Santander y Telefónica. Iberia, que anunció una oferta sobre Spanair, también se colocó en la parte baja de la tabla.