Volverán a subir los precios? ¿Podré vender mi vivienda más cara si espero un tiempo? Estos interrogantes todavía no tienen una respuesta definitiva de los especialistas, pero podrán aclararse en breve. Si el mercado inmobiliario consolida los datos del tercer trimestre --lejanos del parón absoluto de actividad de los últimos meses--, lo peor de la situación de crisis en la construcción residencial en España habría pasado y, con ella, el desplome de los precios.

Esas son las tesis que defiende un estudio impulsado por Caixa Catalunya y dirigido por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver que, junto a Xavier Segura, ha estudiado los contextos macro y microeconómicos de la producción, oferta, demanda, financiación y acceso a la vivienda.

Algunos datos de su trabajo de investigación son reveladores de que la situación ha dejado de ser próxima a la catástrofe económica, para normalizarse progresivamente. Existe, incluso, una cierta reactivación de la demanda en determinados territorios que permite a los autores del estudio albergar un contenido optimismo. "Ya se ha producido el ajuste, el sector ha hecho los deberes", defendió categórico ayer Eduardo Mendiluce, director del área inmobiliaria en la caja, al presentar las conclusiones.

LEJOS DEL ´BOOM´ Pero la resaca de la crisis deja también algunas secuelas. La demanda real de vivienda en los próximos años (2010-2015) se reducirá a menos de la mitad: 220.000 pisos al año. Lejos queda el medio millón de unidades anuales que se vendían en plena euforia inmobiliaria. Las razones son varias: el impacto de la inmigración en el mercado será inferior, como también influirá menos la inversión extranjera y la demografía que, por efecto del baby boom , elevó la creación de hogares.

Además, la situación del mercado es muy diferente según de qué territorio se trate. De las 645.000 unidades pendientes de venta en toda España, los municipios, provincias y comunidades de la cornisa cantábrica acumulan poco estoc. Es lo contrario de lo que sucede en algunos puntos de Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana. Las promociones semifallidas de El Pocero en Seseña, por ejemplo, convierten a Castilla-La Mancha, junto a Murcia, en regiones con más estoc acumulado.

"Los excesos no son homogéneos en todo el territorio", insistió Oliver. En ciudades como Madrid y Barcelona, por ejemplo, la demanda de vivienda absorbe la oferta y la acumulación para vender es inferior. En esas áreas, obviamente, los precios cayeron bastante menos que en el conjunto de España.