Alemania aprobó ayer el mayor plan de rescate financiero desde la segunda guerra mundial, informa Paola Alvarez. 500.000 millones de euros componen un programa que promueve la cancillera Merkel, de los que 400.000 se destinarán a avales públicos a los bancos que otorguen créditos interbancarios. Merkel confía en no desembolsarlo.

Berlín intenta mantener la solidez de un sistema bancario que se basa en una complicada red de interdependencias que se había visto amenazada por el miedo a posibles quiebras tras la crisis del Hypo Real Estate.

Los 100.000 millones restantes conformarán un fondo de estabilización de mercados: 80.000 millones de dinero real para inyecciones de capital en bancos con problemas de liquidez y pocas reservas; y 20.000 millones de reserva en caso de que el Ejecutivo tenga que convertir uno de los avales en crédito. A cambio, el Gobierno obligará a los bancos a darle parte de las ganancias.