La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Jacques Chirac, reafirmaron ayer la voluntad de ambos países de repartir de forma "equitativa" los ajustes derivados de la crisis de Airbus. En una cumbre informal, celebrada en el castillo de Meseberg, cerca de Berlín, ambos dirigentes expresaron su voluntad de que la crisis del constructor aeronáutico no contamine las relaciones franco-alemanas.

El plan de ajuste, bautizado como Power 8 , prevé el recorte de 10.000 empleos en Francia y Alemania, pero no se conoce su concreción. En principio, no se espera que el ajuste afecte a España, que participa en un 5% en el consorcio aeronáutico europeo.