El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, reabrió ayer la polémica reforma de la pensión de viudedad que tantos quebraderos de cabeza trajo a su antecesor Juan Carlos Aparicio. Se va a abordar una "reformulación de las prestaciones de viudedad" para que se acerquen a los nuevos tipos de familias y para que se destinen a los colectivos más necesitados.

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, aclaró que "en ningún caso se tocarán los derechos adquiridos de las viudas", pero la viudedad deberá transformarse en "una renta de sustitución no un incremento de otras rentas".

El Gobierno planea una reforma de la Seguridad Social que tendría tres ejes: lograr que el trabajador cotice por lo que realmente cobra, que perciba la prestación por lo que efectivamente cotiza y que aumente su periodo de cotización. Trabajo intentará acercar las bases de cotización al salario real de los trabajadores, adecuará la pensión a los años cotizados sin perjuicio de modificar el actual método de cálculo, incentivará la jubilación más allá de los 65 años y atajará las prejubilaciones en empresas con beneficios.