La compañía nipona fabricante de automóviles Mitsubishi desveló ayer que había perdido 1.559 millones de euros en el año fiscal del 2003 y, por ello, debía presentar un plan de reestructuración, "como única oportunidad para sobrevivir", que afectará a 7.600 trabajadores, el 30% de la plantilla. Las ventas bajaron el 35,1% hasta los 18.183 millones.