Los sindicatos franceses no consiguieron arrastrar ayer a las masas para oponerse a los planes de ajuste del Gobierno, y más concretamente contra su intención de retrasar la edad de jubilación oficial más allá de los actuales 60 años.

Las organizaciones sindicales dijeron haber conseguido que un millón de franceses salieran a la calle, mientras que las fuentes oficiales aseguraron que no habían llegado a los 400.000. Los observadores consideran que las protestas tendrán escasa influencia en el Gobierno de Sarkozy, que tiene previsto presentar el proyecto el 20 de junio con el objetivo de que sea aprobado en septiembre.