En los últimos años, las constructoras han buscado vías de diversificación para depender menos de los ciclos de la economía, a los que tan sensibles son las inversiones en infraestructuras. El negocio de los servicios contratados por las administraciones, que asegura unos ingresos periódicos y seguros, ha sido una de las nuevas actividades más potenciadas. Así se entiende el alto interés que ha provocado la puesta a la venta de Cespa entre los grandes del sector.