Nueva sorpresa en Nissan. La multinacional japonesa comunicó ayer al comité que cerrará la fábrica de Barcelona durante 26 días hasta final de año para ajustar la producción a la caída de las ventas. La empresa pidió a los sindicatos ampliar la flexibilidad interna agotada, aunque dijo que, si no hay acuerdo, pagará los salarios durante los días de cierre como paros técnicos, que se suman a los 1.680 despidos anunciados.

Con la medida, Nissan pretende controlar los volúmenes de producción, reducir el estoc y "prevenir un exceso de suministro a un mercado debilitado", según la firma.

Por su parte, la dirección de Seat no ve el final del túnel de la crisis. La filial de Volkswagen rebajó ayer las previsiones de producción de la fábrica de Martorell (Barcelona) para el 2009 en 25.000 coches (un 6%). El presidente de Seat, Erich Schmitt, avisó de que, si las ventas no mejoran, la fábrica necesitará "una gran flexibilidad" o incluso otro ajuste de plantilla.