La dirección y los sindicatos de Nissan acordaron en una reunión que acabó en la madrugada de ayer llevar a cabo un último intento para reducir el expediente de regulación de empleo (ERE) de 700 despidos. La consigna que han dado las dos partes a la plantilla de la fábrica de Barcelona es que esta vez el recorte va en serio, por lo que han abierto de nuevo un plazo para solicitar el despido con retorno en el 2012 o bien la baja voluntaria definitiva con una indemnización de 60 días de sueldo.

Los sindicatos CCOO, UGT y Sigen-USOC dieron el visto bueno a las medidas no traumáticas con las que se quiere solventar una parte de un excedente de plantilla de 1.000 empleados. Tal como avanzó este diario el jueves pasado, consiste en 200 reingresos en abril del 2012 a los que se ofrece 20 días de sueldo de indemnización. Con el nuevo plazo de voluntariedad hasta el 15 de junio, Nissan confía en tener más éxito que hasta ahora, ya que solo han solicitado acogerse a la medida unos 40 empleados. Además, la compañía ha aceptado subir el nivel de plantilla mínima en 100 operarios, hasta un total de 2.900.

Nissan dejó claro a las centrales sindicales de la empresa que esta es la última oportunidad para reducir la cifra de afectados por el ERE que considera inevitable y para beneficiarse de una de las indemnizaciones más altas de las últimas reestructuraciones. Tras reclutar 650 voluntarios desde el año pasado, la crisis frenó en seco las inscripciones al plan que inicialmente tenía un excedente de 1.680 trabajadores.

La dirección y los sindicatos se han citado para el próximo jueves para intentar sellar otro acuerdo sobre un nuevo paquete de 150 empleados en un plan de "readmisiones preferentes" vinculadas a la carga de trabajo, es decir, sin un compromiso firme como en las anteriores 200 reincorporaciones pactadas. Además la compañía es reacia a incorporarlos como fijos directamente y a mantenerles la antigüedad.