Decía ayer Guillermo Fernández Vara --presidente extremeño nacido en Olivenza, un pueblo pacense que, curiosamente, está a apenas 12,4 kilómetros de Valverde de Leganés, la cuna del socialista Celestino Corbacho-- que no es tiempo de sentir "nostalgia" sobre la naturaleza jurídica de las cajas de ahorro. Nostalgia, sí, esa tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida, que dicta la Real Academia Española.

En definitiva, una importante figura socialista que admite que, por más que el Gobierno insista en que las cajas de ahorro tienen todas las opciones abiertas, su conversión en bancos es un imperativo legal por la política de los hechos consumados.

Pero esa eventual bancarización del sector del ahorro, tan largo tiempo anhelada por tantos, no gustó ayer, como era de prever, a los inversores, que esperaban una reacción mucho más contundente del Ejecutivo.

Analistas y bancos, como Royal Bank of Scotland o Barclays, se apresuraron a hacer público su descontento. La idea general es que el Gobierno ha dado un plazo excesivo a las cajas para recapitalizarse (hasta otoño), lo que provocará que, lejos de amainar, arrecien los ataques y las dificultades del sector. Además, nadie se cree que con los 20.000 millones de euros que afirma el Ejecutivo, basten para capitalizar al sector, cuando se han barajado cifras de hasta más de 120.000 millones.

Los únicos que parecen satisfechos, así las cosas, son los bancos, que ven saciadas dos peticiones por las que claman desde hace tiempo. Por un lado, que se acerque el final del túnel de la reestructuración de las cajas, de la que se sienten contaminados por injusta ósmosis. Y por otro, y esta es una cuestión de fondo por la que llevan años clamando, se les abre por fin la posibilidad de comprar cajas.

El lado negativo es que los problemas de las cajas les siguen penalizando a ellos en bolsa. Algún banco hay que también va a tener que hacer un esfuerzo por capitalizarse, como Bankinter. Pero la clave es que la caída de su cotización abarata a todo el sector financiero español y permite entrar en las cajas a precios de saldo a mucho fondo buitre que está atento a la jugada.

Así las cosas, los bancos (incluso los que ya cumplen el objetivo del 8% de capital básico) fueron ayer muy penalizados y provocaron una caída del Ibex 35 del 1,4%, hasta los 10.664,4 puntos. La buena subasta de letras del Tesoro no impidió que la prima de riesgo repuntase desde los 207 puntos hasta los 220.