Iberia es reacia a permitir sin más que extraños revisen sus libros de cuentas. Por este motivo, el consejo de administración de la aerolínea española, que se reunirá mañana salvo imponderables de última hora, exigirá al fondo de capital de riesgo Texas Pacific Group (TPG) que ofrezca más datos sobre sus intenciones respecto a la compañía antes de remitir la información que le ha exigido para lanzar una opa.

El núcleo duro de Iberia --compuesto por British Airways, Caja Madrid, BBVA, Logista (Altadis), la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), El Corte Inglés, Ibercaja, Caja CastillaLa Mancha, Unicaja y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Huelva y Sevilla-- se ha decidido a vender. Máxime cuando Caja Madrid y BBVA anunciaron que ponían sus acciones a la venta.

Pero esta venta no está exenta de condiciones. El consejo de administración de Iberia del jueves decidirá si remite toda la información corporativa que le ha exigido TPG o si solicita al fondo de capital riesgo estadounidense que concrete más las condiciones de su oferta sobre la compañía, que especifique su plan industrial y los esfuerzos que está haciendo para que el 51% de las acciones queden en manos españolas con el fin de preservar los derechos de vuelo con Latinoamérica y con EEUU.