La tradicional estrategia de la compañía de incumplir los dictámenes de las autoridades internacionales de competencia para seguir afianzando su posición monopolística está comenzando a salirle cara a Microsoft. La Comisión Europea impuso ayer a la compañía una nueva multa récord de 899 millones de euros por haber tardado tres años y medio en facilitar la información para garantizar la interoperatividad de los servidores de grupo de trabajo Windows con los programas de otros competidores.

"Esta es la tercera vez en cuatro años que tenemos que imponer sanciones a Microsoft", lamentó la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes. "Microsoft nos debe en total 1.676 millones de euros",recordó, al sumar las otras dos sanciones anteriores, impuestas en el 2004 y el 2006. El gigante informático anunció que pagará la multa impuesta y aseguró que "la sanción corresponde a problemas del pasado ya resueltos", pero los problemas de Microsoft con la Comisión Europea están lejos de haber acabado.