La preparación de la nueva tasa bancaria que los Veintisiete planean introducir para evitar que los ciudadanos tengan que sufragar en el futuro otras crisis financieras encalló ayer en la discusión de sus detalles fundamentales. "Falta unanimidad", constató el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, tras presidir el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas europeo. "Existe un consenso general sobre la idea, pero quedan muchos elementos por precisar", reconoció la vicepresidenta económica, Elena Salgado.

De este modo, no hay acuerdo sobre qué concepto aplicar la tasa. Unos defienden que sea sobre los activos, otros sobre los activos ponderados en función del riesgo. España propone que sea sobre los pasivos, excluidos los recursos propios, para no penalizar el reforzamiento de su capital.

Tampoco hay acuerdo sobre el tipo de gravamen, ni si la recaudación debe destinarse a un fondo para las crisis o debe ir a engrosar el presupuesto nacional, como defienden España, Francia y Gran Bretaña. En España, la tasa tendría un carácter complementario, porque ya existe el Fondo de Garantía de Depósitos.