El mercado está para pocas alegrías. Ni rock & roll ni ritmos alegres de fiesta mayor. De nuevo se impuso un sentimiento de blues, de tristeza y, por lo tanto, de predominio de las ventas ante los temores de una recaída europea en la recesión y, especialmente de algunos países como España. El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio la puntilla al asegurar que las economías avanzadas podían descender este año el 0,5% si no reducen sus gigantescas deudas.

En este ambiente, la bolsa española, más proclive al drama que a la comedia, sucumbió el 6,64% en la última sesión de una semana que había comenzado con la mayor subida de los 19 años de historia del Ibex 35. El resultado final de la sesión fue un retroceso de 662,80 puntos, hasta los 9.314,70, el mayor descenso desde octubre del 2008, pero aún el 3% por encima del mínimo marcado el viernes de la semana anterior.

Los grandes bancos del selectivo se hundieron en la jornada de ayer: el Santander fue uno de los protagonistas con un retroceso del 8,98% y le siguieron el Popular, con un descenso del 8,6%, y el BBVA, con una caída del 7,58%. De todas formas, el farolillo rojo del día fue Abengoa, que se desplomó el 9,53%. Ningún valor consiguió acabar la sesión en terreno positivo. Así, entre el resto de valores con mayor capitalización Telefónica cedió el 5,53%; Iberdrola, el 6,69%; y Repsol se dejó en el camino el 6,11% de su valor.

En el mercado continuo, los retrocesos más abultados fueron para Reyal Urbis (-9,93%), tras firmar el acuerdo de refinanciación de su deuda. Por el contrario, EADS despidió la jornada y la semana con un repunte del 4,38%, a pesar de que su beneficio bajó un 39%. Fluidra, que salió de pérdidas en el primer trimestre, y Clínica Baviera ganaron un 3%.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo subió tres centésimas y se situó en el 3,95%, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se situó en 5.938 millones.