El presidente electo de EEUU, Barack Obama, advierte de que la recesión económica puede "durar años" y el desempleo podría superar el 10% si no se adoptan fuertes medidas contra la crisis, incluyendo un conjunto de "acciones drásticas" y estímulos cuyo coste será "considerable, aunque necesario" para detener el círculo vicioso en el que se encuentra la economía.

Obama, que tomará posesión como nuevo presidente de EEUU el próximo 20 de enero, tiene previsto pronunciar hoy un discurso en la Universidad George Mason, en Fairfax (Virginia) del que se han filtrado a la prensa algunos pasajes.

"No creo que sea demasiado tarde para cambiar el curso de los acontecimientos, pero lo será si no adoptamos acciones drásticas tan pronto como sea posible. Si no se toman medidas, la recesión podría durar años y la tasa de paro podría alcanzar dobles dígitos", indicará el dirigente.

Impulso a corto plazo

En una entrevista concedida ayer a la CNBC, Obama no descartó que su propuesta de medidas de estímulo económico y fiscal pueda llegar a superar los 800.000 millones de dólares (589.245 millones de euros).

En este sentido, reconoce en su discurso que su plan de estímulo añadirá más presión al déficit del país, que la Oficina Presupuestaria del Congreso cifró ayer en 1,2 billones de dólares para el 2009 (que concluye el próximo 30 de septiembre), aunque defendió la necesidad de asumir este "coste considerable" para detener el "círculo vicioso" en el que se encuentra la economía.

"Es cierto que no podemos depender solo del Gobierno para crear empleo y crecimiento a largo plazo", señala Obama en el discurso que pronunciará esta tarde. "Sin embargo, en este momento solo el Gobierno puede proporcionar el impulso necesario a corto plazo para salir de esta profunda y severa recesión", agrega.

Reforma del sistema regulatorio

Asimismo, el discurso de Obama apunta que la próxima Administración está dispuesta a utilizar "todo el arsenal de herramientas" a su disposición para estimular el crédito y restaurar la confianza en el sistema financiero. A este respecto, planea hacer hincapié en la necesidad de reformar el sistema regulatorio de EEUU, que considera "débil y anticuado", para proteger a consumidores e inversores.

Además, el discurso apunta la preocupación del presidente electo estadounidense respecto a la necesidad de prevenir la caída de aquellas instituciones que puedan poner en riesgo al conjunto de la economía.