El obispo de Córdoba, Javier Martínez, intervino ayer en la polémica desatada por las actuaciones de la dirección de Cajasur acusando a su presidente, el canónigo Miguel Castillejo, de provocar un escándalo con su póliza de seguros, "al margen del problema de su legalidad".

Martínez emitió un duro comunicado público para replicar las últimas decisiones de Cajasur, especialmente la tomada por su consejo de administración de adherirse a la ley financiera estatal y modificar sus estatutos. Esa decisión ha provocado un conflicto institucional con la Junta de Andalucía "implicando con falsedad al obispo y a la Iglesia".

COMUNICACIONES

Tras recordar que los canónigos no pueden adoptar acuerdos que afecten al futuro de Cajasur ignorando el parecer de la Iglesia a la que representan, el obispo alude a sus "reiteradas comunicaciones al presidente de la caja, diciéndole que no podía tomar iniciativas" de trascendencia sin "la autorización expresa del obispo de Córdoba". Así, propone la apertura de un "diálogo en libertad" que proporcione un marco legal estable.