Una décima es lo que separa las perspectivas de crecimiento de la economía española que maneja el Gobierno de Mariano Rajoy para el 2015 (3,3%) de las que ayer publicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El club de los países ricos mejoró ligeramente su previsión del PIB español, situándolo en el 3,2%, tres décimas más que el pasado mayo y algo más optimista que el vaticinio de la Comisión Europea y delFondo Monetario Internacional (3,1%). Pero las buenas noticias se detienen ahí porque luego el crecimiento se frena. El mismo informe semestral de Perspectivas de la OCDE liderada porÁngel Gurría, destaca que el crecimiento español será del 2,7% en el 2016 y del 2,5% en el 2017, por debajo de las cifras con las que el Ejecutivo ha elaborado los Presupuestos del 2016, del 3% el año que viene y de un 2,9% en el 2017.

La OCDE enfría así el entusiasmo de Madrid respecto la evolución del escenario macroeconómico para los próximos años, como había hecho previamente la Comisión Europea, más cauta en sus augurios sobre el PIB español. La gran rémora para el crecimiento continuará siendo el paro, que no bajará del 20% hasta el último trimestre del 2016 y el año que viene alcanzará el 20,9%, triplicando la media de la OCDE.

Con todo, la española será una de las economías que más avance de las 34 que integran el club y también lo hará por encima de la media de la zona euro, que sólo llegará al 1,9% en el 2017. En lo que no hay diferencias sustanciales entre los pronósticos gubernamentales y los del organismo con sede en París es en materia de disciplina fiscal. El estudio sostiene que el déficit será este año del 4,2% del PIB y seguirá bajando en los dos próximos años (2,9% y 1,8%, respectivamente).

RIESGO POLÍTICO

El informe advierte de que existe el riesgo de que las perspectivas económicas se orienten a la baja por la «incertidumbre política», algo que el ministro Luis de Guindos vincula a las elecciones generales del 20 de diciembre pero no al complejo horizonte catalán. «Se refiere fundamentalmente a la cuestión de las elecciones del 20 de diciembre, de la posibilidad de una reversión de las reformas, que es lo que los mercados descuentan», dijo el ministro en Bruselas.

Respecto a la economía mundial, el pronóstico revisa a la baja por segunda vez en tres meses la previsión de crecimiento para este año, dejándolo en el 2,9%, frente al 3% esperado hace meses. En el 2017 calcula que será del 3,3%, tres décimas menos que en las anteriores perspectivas. La economista jefe de la organización, Catherine Mann, achacó el fenómeno al estancamiento del comercio mundial observado desde finales del 2014, dado que a su juicio el crecimiento mundial es indisociable de un intenso intercambio comercial, y miró hacia China para encontrar la raíz de una situación que juzgó «preocupante». Llegó incluso a decir que las tasas de crecimiento del comercio son tan bajas que en el pasado estuvieron asociadas a la recesión mundial. La transición de una economía industrial a otra de servicios ha podido afectar tanto a los exportadores de materias primas como a los emergentes.