La FAO ha acusado a la especulación financiera de ser uno de los principales responsables de la brutal escalada de los precios de los alimentos. Los inversores, sostiene, aprovecharon la gran liquidez, los bajos tipos y los altos precios del petróleo de los últimos años para entrar en los mercados alimentarios, que les brindaban la oportunidad de "diversificar su riesgo y lograr retornos más lucrativos".

Los datos de la Bolsa de Chicago, el principal mercado alimentario, parecen confirmarlo. Entre enero y abril, el volumen de contratos de grano y semillas oleaginosas registró un incremento del 16,9% en los futuros y del 35,1% en las opciones. Además, la volatilidad de los precios --uno de los indicadores de especulación en mercados de futuros-- se ha disparado. En abril fue muy alta en el trigo (43%), la soja (del 40% al 34%), el arroz (39%), la avena (37%), y el maíz (29%). Prueba de esta volatilidad extrema es el fuerte bandazo, a la baja, que ha dado el precio del arroz en la Bolsa de Chicago la última semana. El anuncio de exportaciones desde Pakistán y Japón ha propiciado una corrección del 14,7% en los precios, el mayor descenso desde abril del 2004.