El consejero delegado de Opel, Nick Reilly, presentó ayer el plan de reestructuración definitivo de la empresa, que supondrá la eliminación de 8.300 puestos de trabajo en Europa, 900 de ellos en la planta zaragozana de Figueruelas. Esta seguirá produciendo el nuevo Combo y los derivados del Corsa si la fábrica funciona bien, y optará a los sucesores de estos modelos a partir del 2013, según dijeron fuentes de la compañía. Los sindicatos alemanes se opusieron al plan.

Opel prevé invertir 11.000 millones de euros hasta el año 2014 para renovar la flota, y lograr el equilibrio financiero en el 2011, para poder retornar a los beneficios en el 2012. Para ello, reducirá un 20% la capacidad de producción.

La firma cerrará la planta belga de Amberes, lo que acarreará la supresión de 2.377 puestos de trabajo. De los 8.300 empleos que prevé eliminar la empresa, 7.000 corresponden al área de producción y los 1.300 restantes, a funciones administrativas. España no se verá afectada por el ajuste en el área administrativa.