Varios socios de la OPEP -como Arabia Saudí y Venezuela- se reúnen este domingo en Viena con otros grandes productores de petróleo -como Rusia y Omán- para supervisar el cumplimiento del acuerdo del pasado diciembre para reducir la producción en 1,75 millones de barriles durante seis meses y apuntalar así los precios.

Los 13 países socios de la OPEP y otros 11 de fuera del grupo acordaron el pasado 10 de diciembre empezar a aplicar ese recorte a partir del primer de enero de este año. La OPEP se haría cargo del recorte de 1,2 millones de barriles, mientras que los países que no pertenecen al grupo energético deben sacar del mercado otros 558.000 barriles diarios. Rusia debe asumir la mayor parte de esa cuota.

Para supervisar la aplicación del acuerdo se creó un comité encabezado por los dos mayores productores mundiales de petróleo: Arabia Saudí, líder de la OPEP, y Rusia, el productor de crudo más importante ajeno al grupo. Tras firmarse ese acuerdo los precios del petróleo subieron hasta máximos de 18 meses, con un picos de más de 58 dólares por barril, pero se han depreciado desde entonces algo a la espera de datos sobre la aplicación del pacto. La OPEP informó esta semana de que el pasado diciembre redujo su bombeo en 220.900 barriles diarios para aplicar el recorte, con una producción media en ese mes de 33,085 millones de barriles.

OBJETIVO DE PRODUCCIÓN

El objetivo que se ha propuesto la OPEP es bombear de media 32,5 millones en la primera mitad de 2017. La OPEP también vaticinó en su informe sobre el mercado petrolero, difundido esta semana, que el aumento de los precios puede tener un efecto rebote en la producción de crudo de esquisto en Estados Unidos, que se había reducido porque esa técnica de extracción es más cara y con bajos precios no es rentable. La OPEP calcula que debido a ese rebote, la producción estadounidense aumentará en 230.000 barriles diarios en 2017.

Este aumento del bombeo en EEUU podría compensar parte de la reducción acordada por la OPEP y otros productores, algo a lo que también estarán atentos los mercados. Arabia Saudí impulsó en los pasados años una estrategia de precios bajos para expulsar del mercado a otros productores que extraían con técnicas más caras, pero la subida de los precios puede volver a atraerlos al negocio.