Las operadoras de telefonía móvil están dispuestas a arruinar el negocio de internet por conexión inalámbrica (wi-fi ) antes de haberlo consolidado. La intención de desplegar conexiones a la red desde el propio móvil cada vez más rápidas permitirá a sus clientes conectarse desde cualquier lugar sin tener que estar buscando puntos de acceso y sin que salgan de su red.

Sin embargo, se han encontrado con un mercado incipiente, con más de 3.600 puntos de conexión de pago en España, además de otros tantos públicos, que lucha por mantener un esquema de servicios y precios pese a no haber resuelto cuestiones clave como la transferencia de clientes entre las redes de las diferentes operadoras (roaming ).

Vodafone, Orange y Movistar tienen tarifas planas de conexión a internet en movilidad con 3G (UMTS) y 3,5G (HSDPA y HSUPA) que aspiran a competir con los precios y servicios de las conexiones inalámbricas actuales. La cobertura de estas tecnologías ya alcanza la mayoría de las zonas urbanas en España. La red 3G de Vodafone ya es solo 3,5G y su mejora, la HSUPA, aún más rápida, alcanza ya el 47% de la población, es decir, 21 millones de personas. La operadora, que tiene 16 millones de clientes, declara más de cinco millones de usuarios con dispositivos 3G.

En Telefónica, solo el 16% de sus 23 millones de clientes tiene dispositivos 3G, lo que da unos 3,7 millones de usuarios avanzados. Su red HSUPA cubre todas las poblaciones de más de 20.000 habitantes y aspira a llegar a las de más de 15.000 personas para el 2010. La operadora Orange, con 1,6 millones de clientes de 3G, llega al 78% de la población con HSDPA y al 28% con HSUPA, a través de todos los municipios de 25.000 habitantes de varias comunidades autónomas.

Las operadoras, en paralelo, tienen sus propios servicios de conexiones inalámbricas públicas: Movistar, gracias a los puntos de acceso de Telefónica, y Vodafone y Orange, por sendos acuerdos de uso con Kubi Wireless, que las exime de invertir en esa forma de acceso. "Son tecnologías compatibles, pero nuestra prioridad es internet móvil, aunque tenemos 200 puntos de acceso inalámbrico hotspots ", aseguran en Vodafone.

Telefónica, que entró con fuerza en el negocio de los hotspots hace unos años, también considera "complementarios" ambos sistemas de redes. La compañía tiene 2.154 puntos en toda España. Se distribuyen por hoteles, restaurantes de comida rápida, casas rurales, oficinas de turismo, palacios de congresos y clubs náuticos, y para la operadora es un servicio "comparable al de las cabinas telefónicas".

En España, las compañías de acceso inalámbrico a internet han buscado sobre todo al cliente de negocios a través de instalar sus puntos de acceso en hoteles, aeropuertos y recintos feriales, ya que son los lugares donde más lo necesitan. "No se puede negar que la competencia del móvil afecta, pero sus tarifas no son completamente planas y dentro de los edificios es más atractivo el wi-fi ", explica Lidia Caba, directora de márketing de Kubi Wireless.

PUNTOS ESTRATEGICOS El Grupo Awa, en cambio, ha optado por instalar hotspots en las gasolineras y centros comerciales con el nombre de Akiwifi, además de proveer infraestructura tecnológica para otras empresas y administraciones. "Somos la Infovía del wi-fi ", asegura Angel Gallardo, consejero delegado de Awa, en referencia al acceso sobre el que se construyó la internet actual en España.

Su modelo combina la posibilidad de adquirir tarjetas prepago y también los accesos gratuitos gracias a la publicidad y los patrocinios.

Ninguna de ella, sin embargo, ha conseguido resolver algo que las compañías telefónicas hace tiempo que usan, al menos en el extranjero, y es que un cliente pueda usar distintas redes con una única cuenta, lo que deja el negocio en manos del más grande o el que tenga los accesos más estratégicos.

Tampoco los precios los fijan plenamente las propias operadoras, sobre todo en lugares como los hoteles. "Ahora ya no se crean tantos puntos de acceso como antes pero son más rentables, porque hay más usuarios", señala Caba.