"Cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo mata moscas y eso es lo que hace Miguel Sebastián. Matar moscas, pero complicando la vida al vicepresidente Pedro Solbes". Este fue el comentario de uno de los más de 50 economistas que el pasado lunes asistieron en Ferraz, sede del PSOE en Madrid, al primer encuentro en el que todo un asesor económico del presidente del Ejecutivo quiso "adoctrinar sobre cómo interpretar mejor las cifras del Gobierno y el actual momento económico", según explicó a este diario otro de los asistentes, también perplejo.

Sebastián quería demostrar que España crece "más y mejor", sólo que no se interpretan bien los datos porque existe un cierto escepticismo y "desánimo". Hasta aquí, los asistentes no dejaban de seguir con atención las diatribas del poderoso asesor aunque con sorpresa. El asunto fue a más cuando comenzaron las críticas hacia el pesimismo del gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, y el desánimo del Ministerio de Economía.

"Es verdad que sin expresarlo directamente, pero estaba claro que Miguel aludía al Banco de España y hasta al mismo Solbes cuando nos relataba por qué teníamos que ser más positivos y estar muy esperanzados con la situación", dice otro asistente. Entre los presentes había nombres de lo más florido y granado de la economía española, del centro izquierda. Desde el exministro Carlos Solchaga, pasando por exaltos cargos económicos de otros gobiernos del PSOE como Julio Rodríguez o Federico Prades; la presidenta del Instituto Nacional de Estadística, Carmen Alcaide; el consejero delegado de AFI, Emilio Ontiveros; el subdirector del servicio de estudios del BBVA, David Taguas; Alejandro Irurreta (asesor de David Vegara, secretario de Estado de Economía); Maurici Lucena (director del CDTI) o Ana Sánchez (Banco de España), además de casi todos los miembros del gabinete (casi 30 personas) que Sebastián está montando en la Moncloa.

Silencio como respuesta

Acabada su exposición, los más avezados optaron por el silencio como respuesta. Sólo hubo cuatro intervenciones. Una de Prades que cuestionó el optimismo excesivo, otra de Irurreta en sentido parecido y dos más de carácter técnico.

Mientras, en Economía prefieren obviar las actividades de Sebastián. "Todo llegará, pero en silencio", avisa una fuente próxima al vicepresidente.