Destacadas voces del mundo económico apoyaron ayer la propuesta del Gobierno de alargar la edad de jubilación para garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. La más relevante fue la del gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, quien después de llevar años proponiendo una medida de este tipo y sufriendo, por ello, invectivas socialistas y del Gobierno, ha visto ahora cómo el tiempo le ha dado la razón.

Con todo, Ordóñez no eligió ayer un tono de revancha al valorar la propuesta del Gobierno de alargar a 67 años la edad de jubilación y solo dijo que la medida "contribuiría de forma significativa al equilibrio financiero del sistema público de pensiones". Algunos estudios utilizados por el Banco de España estiman que subir dos años la edad legal de jubilación conllevaría una reducción del gasto en pensiones de 10,3 puntos del PIB en el 2060. Otros cálculos, utilizados por el Gobierno, estiman un ahorro a corto plazo de 0,5 puntos de PIB por cada año que se retrase la jubilación. Se logra que haya más personas cotizando y que haya menos cobrando.

Por su parte, el secretario general de la OCDE, Angel Gurría --que ayer participó en el foro de debate de Cinco Días -- opinó que la reforma propuesta por el Gobierno es una buena señal de cara al futuro que, de llevarse a cabo, conllevará una mejora de la calificación crediticia de España, que podría colocar así su deuda a unos precios más bajos.

Flaco favor le hizo Gurría al Gobierno al vincular la reforma de las pensiones con los mercados. Este es el reproche que los sindicatos hacen al Gobierno cuando le acusan de haber precipitado el debate sobre las pensiones fuera del consenso político y social que hasta ahora ha guiado las reformas en la Seguridad Social. Para desmentir esta acusación, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, insiste en que la reforma es necesaria, no por causas económicas, sino por razones demográficas, de envejecimiento de la población.

LOS OSOS AMOROSOS El presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, advirtió de que España necesita "ajustes muy fuertes" que conllevarán "sacrificios importantes". Quintás lamentó que "tan pronto como alguien pone sobre la mesa una medida que causa cierto sacrificio, esfuerzo o que se sale del mundo de los osos amorosos, como dice mi nieta, la gente se lleva las manos a la cabeza".

Hasta ahora, la patronal CEOE ha expresado su claro apoyo a la propuesta de alargar la edad de jubilación. Ayer, el vicepresidente de la patronal, Joan Rosell, juzgó insuficiente esta medida y abogó por alargar el actual periodo de cálculo de las pensiones, de 15 años, a toda la vida laboral. "No se le puede dar la misma pensión a un señor o señora que ha trabajado 15 años que a uno que ha trabajado 40, esto está clarísimo", afirmó.

El presidente de Cepyme, Jesús Bárcenas, opinó que el Gobierno se ha equivocado al plantear su propuesta fuera del Pacto de Toledo. Con todo interpretó las protestas de ayer como una "válvula de escape" de los sindicatos para reforzar "su credibilidad" ante la sociedad.