La odisea del primer ministro Giorgos Papandreu para recuperar la credibilidad de Grecia en los mercados internacionales atravesó ayer otro desagradable capítulo. Escuelas y universidades cerradas, barcos amarrados, trenes en las estaciones, aviones sin despegar, hospitales atendiendo solo urgencias, empresas grandes y medianas a medio gas y Administración pública clausurada. La segunda huelga general de 24 horas en dos semanas fue un éxito para los sindicatos convocantes y un nuevo revés para el Gobierno y su espartano plan de austeridad presupuestaria.

Al grito de "¡Ningún sacrificio para la plutocracia!" y "¡Guerra a los capitalistas!", varios millares de personas se manifestaron en las avenidas del centro de Atenas para protestar contra las medidas aprobadas por Papandreu la semana pasada. Decenas de jóvenes encapuchados atacaron a los policías con cócteles molotov y piedras. Los antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos, aunque no lograron evitar que un coche fuera quemado y numerosos escaparates y paradas de bus resultaran destrozados. El balance final de los enfrentamientos fue de 20 detenidos y 13 heridos.

Los huelguistas se quejaron del plan de choque gubernamental, cuyo objetivo es reducir los abultados déficits presupuestarios y deuda pública del Estado helénico, que han encendido todas las luces rojas en la UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las agencias de calificación de riesgos financieros.

Los sindicatos ya convocaron paros y manifestaciones el 24 de febrero y el 5 de marzo, día en el que fue votado en el Parlamento el programa de ajuste que prevé, entre otras medidas, aumentos de varios impuestos indirectos (entre ellos, el IVA), congelación de las pensiones y recorte de los sueldos de los funcionarios.

SIN INFORMACION De todos los transportes públicos, solo funcionó ayer en Atenas una línea de metro para permitir a los huelguistas acudir a las manifestaciones en el centro de la capital. Al secundar el paro los periodistas, el país no pudo saber qué ocurría porque radios y televisiones emitieron programas enlatados. Hoy no se repartirán diarios.

La movilización fue secundada por el 90% de los asalariados, según un comunicado de la Confederación General de Trabajadores (GSEE), con un millón de afiliados, que organizó la jornada junto con la Federación de Funcionarios (Adedy), con 370.000 militantes. Los comercios y algunos bancos no bajaron las persianas porque sus empleados "se arriesgaban a perder su puesto de trabajo" si iban a la huelga, según denunció el sindicato Pame, afín al partido comunista ultraortodoxo KKE.

En Salónica, la segunda ciudad del país, dos manifestaciones reunieron a cerca de 10.000 personas, según la policía local. Un grupo de jóvenes rompieron las vitrinas de varias tiendas en el centro urbano.

CONTRASTE PARA EL TURISMO La única voz del Gobierno de Atenas se oyó ayer en Berlín, en la feria de turismo que se celebra estos días en la capital alemana. En contraste con las imágenes de manifestaciones y huelgas que emitieron durante el día los informativos del país, las pantallas del estand de Grecia mostraban playas blancas, mares azules y antiguos monumentos soleados, mientras la ministra de Turismo sonreía: "Venid a Grecia, os esperamos".