La creciente conciencia por el reciclaje está logrando transformar la industria del envasado y el embalaje. El plástico es de los materiales más difíciles de reciclar y el más usado para contener productos, pero también es el que actualmente concentra mayores avances. Envases fabricados con el mínimo plástico posible o con componentes activos son algunas de las tendencias actuales.

La industria del envase está obligada a adaptarse a los nuevos tiempos. En el 2008, las más de 600 empresas del sector en España lograron apenas repetir la facturación del 2007 (13.876,45 millones), pero con una caída de la producción del 3,3%. Fuentes de la industria destacan que el 2009 (del que no hay datos) ha sido "especialmente duro" para un sector que depende del consumo, la exportación y la construcción.

Escaso reciclaje

Además, según Ecoembes y Ecovidrio, en el 2008 se reciclaron el 62% de los envases, siendo el papel (81%), los metales (68,9%) y el vidrio (60,3%) los materiales más aprovechados. Sin embargo, y aunque no existen datos oficiales, el sector calcula que entre el 60% y el 70% de los productos que se pueden encontrar en un supermercado están contenidos en envases de plástico, aunque solo el 38,4% del total se recicla. Ante este panorama los expertos lo tienen claro: la industria debe seguir innovando para afrontar el futuro.

"En los últimos años ha habido cambios en todos los materiales. Sin embargo, todos están ya bastante evolucionados y cercanos a su límite tecnológico. Hasta hace poco (2008), la ley no permitía incorporar plástico reciclado en contacto directo con los alimentos. Ahora sí, y ese es uno de los campos donde las empresas más están avanzando. Es una gran oportunidad", explica Esther Colino, responsable de prevención de Ecoembes. "El medioambiente es cada vez más un activo en las empresas. Deben pensar en un producto durante todo su ciclo de vida, incluido el reciclado", añade.

Pero el plástico tiene un problema. "Es muy difícil separar los materiales que se usan para fabricar envases", explica el investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) Ramón Catalá. "En 8-10 años iremos sustituyendo los plásticos. Pero nunca eliminaremos del todo los procedentes del petróleo", dice. "Se está trabajando en cambiar plásticos procedentes del petróleo por bioplásticos: derivados de productos vegetales como el aceite de soja o el maíz", añade.

Otra de las tendencias, explica Catalá, son los envases activos. "Un envase que le da un extra al alimento: en vez de añadir antioxidantes o antimicrobiales a los alimentos, se les agrega al envase", comenta.

En los otros materiales los avances son menores y más enfocados hacia nuevos productos (papel-cartón, cajas para pescado o palés que resisten varias toneladas). Sin embargo, asegura Catalá, ningún material "corre peligro". "Cada uno tiene su campo de utilidad. No nos podemos imaginar, por ahora, el atún en un recipiente que no sea una lata", añade.