Primero fue el elitista Foro Económico Mundial de Davos. Ahora los países más ricos. Los miembros del grupo de los siete países más poderosos de la tierra, el G-7, defendieron ayer en su comunicado final tras la reunión mantenida en la ciudad alemana de Essen "políticas y medidas basadas en el mercado, que podrían incluir los impuestos y el comercio de derechos de emisión de dióxido de carbono", para la eficiencia y el ahorro energético. Este tipo de medidas, según la nota final, deberían ser "efectivamente diseñadas para adaptarse a las condiciones específicas de cada país".

La concienciación verde del G-7 quedó plasmada en un comunicado conjunto en el que destacaron la importancia de la "eficiencia energética y la promoción de la diversificación energética, especialmente a través de las energías renovables". En opinión de los ministros de Economía y responsables de bancos centrales, estas materias son esenciales para la seguridad del suministro en un entorno con "precios elevados y volátiles en la energía y con el cambio climático".

El G-7 también incluyó en su comentario un mensaje de apoyo a la recuperación de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial, paralizada desde hace unos meses. En la nota conjunta, los ministros reafirman su "compromiso de resistir a todo reflejo proteccionista" y que todos los participantes de la ronda tienen la responsabilidad de garantizar un éxito de las negociaciones. Como diagnóstico general, tras la reunión, en la que también participaron el presidente del Banco Mundial Paul Wolfowitz, y el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, los países del G-7 señalaron que el crecimiento de la economía mundial es robusto y estable.

Ampliación El ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrück, que ejerció de presidente del encuentro, dijo que en el G-7 hay consciencia de que EEUU, Canadá y Europa tienen que moverse en materia agraria y que los países en vías de desarrollo tienen obstaculizado el acceso a los bienes industriales. Los ministros de EEUU, Alemania, Francia, Japón, Italia, el Reino Unido y Canadá fueron partidarios de potenciar la Ronda de Doha.

En la reunión de Essen participó China y no se descarta la futura integración de otras economías emergentes que podrían aumentar hasta el doble el número de miembros del Grupo. Steinbrück consideró que el G-7 ya no puede mantener más encuentros sobre la economía mundial sin incluir en las reuniones a otras economías. Rusia, por ejemplo, se suma al club, convertido en G-8, cuando se discuten cuestiones políticas.

"Hay muchos temas que no pueden discutirse sin economías emergentes tan importantes como China, la India, Suráfrica o Australia, por nombrar solo a unas cuantas", aseguró Steinbrück. En todo caso, la posible ampliación no se mencionó en el comunicado final. El G-8 copa el 44% del producto interior bruto (PIB) mundial, pero solo el 14% de la población. Una entidad ampliada con cinco países más alcanzaría el 70% del PIB y el 56% de la población.