La fusión del Banco Guipuzcoano y el Banco Sabadell puede ser solo un primer paso en el contagio del proceso de fusiones de las cajas al segmento de los bancos. El secretario general de la patronal de la banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, admitió ayer que las uniones de entidades de ahorro están metiendo "presión y competencia" a sus asociados.

Si las alianzas de cajas se hacen bien, argumentó, darán lugar a entidades más fuertes y competitivas. Y esta situación hará que las instituciones que queden en el mercado "se planteen si tienen el tamaño adecuado para competir". En este sentido, juzgó como "muy positivo" que el Sabadell y el Guipuzcoano hayan considerado la "oportunidad de mejorar unidos".

Ayer se conoció que la entidad vasca mantendrá su marca y su sede social en San Sebastián. Estas son dos de las condiciones planteadas por el núcleo de accionistas del banco, en el que participan las cajas BBK y Kutxa, para aceptar la fusión.

FUSION POR INTEGRACION El pacto, aceptado por la entidad que preside Josep Oliu, descarta que la fusión se produzca por absorción, como con el Atlántico, y abre la puerta a una integración como la realizada con el Urquijo, que conservó la marca.

Villasante defendió que la AEB nunca ha dejado de apostar por las fusiones, siempre que sean voluntarias y económicamente racionales. Más en este momento, dijo, ya que permitirán reducir el exceso de capacidad instalada del sector. Descartó, en cambio, que la caída de beneficios de los bancos vaya a empujar a las entidades a unirse. El representante patronal indicó que la AEB "estaría encantada" de que las cajas que están emprendiendo una fusión fría a través de un banco, como Banca Cívica, pidan entrar en la asociación.

Villasante advirtió de que la reducción del déficit debe ir acompañada de reformas estructurales para que la economía vuelva a ser competitiva.