China anunció ayer que reformará el sistema de evaluación de su moneda para permitir una mayor flexibilidad. Aunque está lejos de ser un compromiso firme de apreciación del yuan, es apenas un gesto de buenas intenciones, la decisión fue recibida con globales y desmedidos parabienes, en especial de EEUU, donde la política cambiaria china genera grandes frustraciones al restar competitividad a las exportaciones norteamericanas.

El anuncio llegó por sorpresa en un comunicado del Banco de China colgado en internet apenas dos días después de que Pekín repitiera que la política respecto al yuan es un asunto interno. La entidad justifica la medida por "la reciente situación económica de los mercados nacional e internacional y la de la balanza de pagos china".

CAMBIO FIJO DESDE EL 2008 El comunicado deja sentado que no hay razones para grandes fluctuaciones y que los cambios serán graduales. Liu Daokui, asesor del Bano del Pueblo de China, aseguró que las apreciaciones serán modestas y que no se puede descartar la depreciación si el euro cae con frente al dólar.

China fijó la paridad con el dólar en 6,8 yuanes en julio del 2008 y se ha negado a modificarlo desde entonces aludiendo al contexto de crisis global. Las presiones para su apreciación han arreciado cada vez que China publicaba los datos de sus desbordantes exportaciones.

Europa y EEUU, han acusado a Pekín de favorecer el aluvión de sus manufacturas manteniendo baja artificialmente su moneda, aunque Washington nunca ha pronunciado la palabra "manipulación" para no dañar las relaciones bilaterales.

CUMBRE DEL G-20 El anuncio suavizará la cumbre que celebrará el G-20 en Toronto el próximo fin de semana, en la que estaba previsto que el presidente chino, Hu Jintao, tuviera que soportar grandes presiones para apreciar el yuan. "El renminbi es la divisa china, así que no creo que deba ser discutida internacionalmente", advirtió el viernes Cui Tiankai, del Ministerio de Exteriores.

El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó la decisión de "paso constructivo que puede ayudar a asegurar la recuperación y contribuir a una economía global más equilibrada".

La Comisión Europea considera que la medida será "beneficiosa" para la economía china, la mundial y la Eurozona. Bruselas señaló que la decisión "envía una señal de confianza en la fortaleza de la recuperación global". El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, la consideró "un acontecimiento muy positivo" que también beneficiará a China.