La bolsa española vivió ayer una jornada de escasa actividad marcada por la festividad nacional del Día de Reyes, el primero de la historia en el que hubo sesión. El Ibex 35, el principal indicador, se llevó su pequeño regalo en forma de 0,83%, con el que superó la barrera de los 9.700 puntos impulsado por la apertura al alza de Wall Street. Todas las principales plazas europeas también tuvieron obsequios: Fráncfort repuntó el 0,85%; Londres, el 1,10%; París, el 1,08%; y Milán, el 2,30%. El selectivo español comenzaba con buen pie y rebotaba desde primera hora de la mañana, y se animaba a medida que pasaban las horas en línea con los avances del resto de mercados europeos, gracias a la perspectiva de una apertura al alza en Wall Street. Los inversores también acogieron con compras el dato de inflación en la eurozona, que experimentó en diciembre un brusco recorte, hasta situar la tasa interanual en el 1,6%, lo que iguala el dato más bajo registrado desde 1999. Tras rozar por momentos los 9.800 puntos con la apertura en positivo del parquet estadounidense, el mercado español se desinfló levemente después de conocerse que los pedidos de fábrica en EEUU cayeron el 4,6% en noviembre, por debajo de lo esperado. También lastró mejores ganancias el precio del petróleo, que continúa su escalada, paso a paso, debido al conflicto del gas entre Rusia y Ucrania y las tensiones de Oriente Próximo. No obstante, la actividad en el sector de los servicios de Estados Unidos cayó en diciembre menos de lo previsto, lo que compensó esas pérdidas y ayudó al selectivo a realizar un estirón en los últimos minutos de la sesión. La compañía más alcista del Ibex fue Mapfre, con una subida del 6,85%; seguida de Grifols, que se anotó el 6,47%; y de Acerinox, con un alza del 4,85%. En el lado contrario, las energéticas sufrieron la penalización del mercado: Endesa cayó el 2,20%, por delante de Iberdola Renovables, que descendió el 0,92%, y de Iberdrola, que bajó el 0,59%.