Los 18.000 trabajadores de tierra de Iberia comenzarán hoy una escalada de protestas contra la huelga de los pilotos de Iberia. Como primera medida de presión, este colectivo ha sido convocado por los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, a asambleas informativas de una hora en los más de 25 aeropuertos donde opera la compañía. Los responsables de las dos centrales no descartan paralizar todos los aeródromos españoles si el Ministerio de Fomento e Iberia no alcanzan una solución.

Delegaciones de UGT y CCOO se reunieron ayer con el secretario general de Transportes, Fernando Palao, para plantearle un ultimátum. Si el Ministerio de Fomento no había resuelto el conflicto abierto por el sindicato de pilotos SEPLA antes de las cero horas de hoy, estas dos centrales iniciarían "una campaña informativa" entre los empleados.

Unos 9.000 trabajadores de Iberia están al cargo de la asistencia a las aeronaves, otros 4.000 se dedican al mantenimiento de los aviones y el resto trabaja en las oficinas. Además, la aerolínea presta estos servicios a numerosas compañías en los aeropuertos donde opera. Un paro de estos empleados significaría el virtual bloqueo de muchas de estas terminales.

Por ahora, UGT y CCOO se conformarán con convocar a los trabajadores a estas asambleas cuya duración será de una hora. Durante este tiempo, ninguno de ellos podrá realizar sus trabajos habituales. Esto significa que algunos vuelos no afectados por la huelga registrarán retrasos.

CCOO y UGT explicaron a Palao que el SEPLA está realizando un "uso torticero" del derecho de huelga y consideran que ni Fomento ni Iberia deben ceder ante "reivindicaciones inasumibles por la empresa que ponen en peligro los salarios de todos los trabajadores". Ambos sindicatos están perplejos porque el SEPLA haya pedido que se garantice a los pilotos sus puestos de trabajo y también sus salarios hasta los 65 años. Los trabajadores de tierra exigirán lo mismo si el SEPLA logra esas demandas.

La situación se puede complicar más si no llega a buen fin la reunión de hoy entre Fomento y el sindicato de controladores aéreos, que exige una ampliación retribuida de la jornada laboral durante cuatro años.