El petróleo sigue su imparable escalada hacia la cota histórica de los 100 dólares por barril, un nivel similar al que alcanzó en 1980 --una vez ajustado el impacto de la inflación--, tras la revolución islámica en Irán que desembocó en una de la mayores crisis económicas mundiales. El crudo de referencia en EEUU, el West Texas, llegó ayer a los 98,62 dólares por barril en Nueva York, un valor nominal sin precedentes. En Londres, el Brent, alcanzó los 95,19 dólares, sin superar récords anteriores por encima de los 96.

El temor a la falta de oferta de crudo en invierno desató de nuevo las alzas, que luego se moderaron con un recorte de las cotizaciones al conocerse que las reservas semanales en EEUU no cayeron tanto como se esperaba. La cota de los 100 dólares que barajan diversas instituciones para este invierno se acerca cada vez más ante el contexto de equilibrio frágil entre la oferta y la demanda, que impone la volatilidad y las subidas ante cualquier noticia o rumor, según los analistas. Además hay que sumar los riesgos geopolíticos en zonas productoras o cerca de ellas (Irán, Irak o Nigeria).

Incluso la Comisión Europea baraja el precio de 100 dólares en algunas de las previsiones que prepara, según fuentes conocedoras de esos informes.

En apenas dos semanas, los precios del petróleo se han disparado más del 8%. Estos incrementos se han trasladado ya en los surtidores de las estaciones de servicio, en las que el gasóleo de automoción, el carburante más consumido en España, supera de largo el euro por litro. La cotización del petróleo se ha encarecido unos 30 dólares por barril desde el mes de agosto.

SALIDA DE RESERVAS "Solo la salida al mercado de reservas de países productores, pese a los acuerdos de producción que mantiene, como es el caso de la OPEP, atraídos por unos precios sin precedentes podría frenar un incremento que por ahora parece imparable", explica el catedrático de Economía de Esade, Pere Puig. En su opinión, ese puede ser uno de los únicos límites a las subidas.

A la vez advierte de las consecuencias de una combinación de este encarecimientos con el de otros productos alimentarios básicos. Todo ello podría desembocar en un escenario de recesión porque el Banco Central Europeo (BCE) puede verse abocado a subir los tipos de interés.

El ascenso del crudo, avivado por una demanda disparada no solo de economías emergentes como la china sino de Estados Unidos, se produce a la vez que el desplome del dólar. Traducido a euros, el barril para la zona europea se sitúa en torno a 67, lo que supone un alivio en la factura energética que se paga en dólares.

RESPUESTA DE ZAPATERO El presidente respondió ayer en el Senado a una pregunta del PP sobre el incremento de precios en octubre. Zapatero dijo que el mal dato de la inflación no tiene "nada que ver" con la política del Gobierno, sino que obedece al encarecimiento del petróleo y las materias primas.