Justo un año después de que el petróleo alcanzara el récord de 147,50 dólares, el barril pierde terreno. Ayer llegó a situarse por debajo de 60 dólares, el mismo nivel que hace dos meses (llegó a un mínimo de 59,49 dólares en el mercado de Londres), después de ceder alrededor del 11% la semana pasada --el mayor descenso semanal desde enero pasado--, ante el temor a que la crisis se alargue y, en ese contexto, la demanda se mantenga débil.

En el mercado del petróleo, los brotes no se ven tan verdes como en otros ámbitos. El barril de Brent, la calidad de crudo de referencia en Europa, osciló ayer en torno a los 60 dólares, aunque llegó a escalar hasta la cota de los 61, después de alcanzar un mínimo en los dos últimos meses. Eso supone, en todo caso, una caída de alrededor del 60% con respecto al récord.

PRECIO DE VENTA ¿Se ha trasladado esa bajada de la cotización del petróleo a lo que paga el consumidor por los carburantes? Si se comparan los precios actuales de venta con los de julio del 2008, en el gasóleo, el carburante más consumido en España --tres de cada cuatro vehículos--, el recorte ha sido de alrededor del 30%, hasta los 93 céntimos por litro al que se pagaba ayer en algunas estaciones.

Pero, teniendo en cuenta que la mitad del precio total del diésel son impuestos, el recorte ha sido de alrededor del 40%, es decir, unos 20 puntos menos que el desplome experimentado por el barril de petróleo a lo largo del 2008. Además de los tributos --los gravámenes sobre hidrocarburos y el IVA--, el sector achaca la diferencia entre la bajada del crudo y el precio también a la cotización del dólar --la moneda con la que se paga la factura energética-- y el euro.

En todo caso, si nos atenemos a la evolución registrada en julio, el barril de crudo ha cedido casi el 12%. Mientras, el precio de venta al público del gasóleo apenas lo ha hecho el 4,4%. Lo mismo ocurre con los precios antes de impuestos, ya que han bajado en el mismo periodo alrededor del 4%. Este desfase entre los precios de venta y los costes provocó algunas investigaciones públicas que no se han traducido, por ahora, en sanciones ni multas a las petroleras.