Al omnipresente iPod le faltaban aún unos tres años para salir al mercado, en España José María Aznar llevaba dos años al frente del primer Gobierno del PP, y en EEUU, Bill Clinton cruzaba el ecuador de su segundo y último mandato en plena polémica por su relación con la becaria Monica Lewinsky y acababa de ordenar el bombardeo de Bagdad en la denominada Operación Zorro del Desierto. El sudeste asiático vivía una crisis.

Era el 21 de diciembre de 1998, hace exactamente una década. El petróleo llegó a caer ese día hasta 9,55 dólares, una cotización mínima con precios reales iguales que 25 años atrás. Un barril de cerveza costaba más que uno de crudo y era más económico emplear combustibles fósiles y contaminantes que energías verdes. Al valor actual, el precio eran unos 12 dólares.

Por aquel entonces, el litro de la antigua gasolina súper costaba el equivalente a 65 céntimos (108 pesetas) y la sin plomo, 62 céntimos (103 pesetas), el 30% menos que hoy, y el de gasóleo, 57,7 céntimos (96 pesetas), el 35% menos. La inflación ha acumulado durante este periodo un aumento del 37%, pero el diésel, el más consumido, ha subido más del 50% y cuesta más que la gasolina. En el fondo, un producto tan básico como el pan ha subido mucho más (más del 80%).

Los 9,55 dólares fueron el suelo de la cotización y el punto de partida de una década en la que, con altibajos, se ha vivido una tendencia alcista hasta los 147,50 dólares del pasado 11 de julio. Esa evolución ha provocado huelgas de pescadores o transportistas, y una profunda crisis en la aviación comercial en los últimos años.

Igual que hoy, el declive de la cotización de esta materia prima fundamental estaba ligado hace 10 años a la crisis que comenzó en 1997 en Tailandia y que luego se extendió por toda esa área. El cártel de exportadores, la OPEP, fue incapaz, entonces, de pronosticar el declive de la demanda en Asia y, para cuando esta llegó, el mercado tenía exceso de petróleo y el precio se hundió.

AJUSTES Y TEMORES Hoy la crisis es global, la primera que tiene auténticamente ese carácter, y el petróleo vuelve a vivir un abrupto proceso de descenso. Desde el récord de julio ha caído más del 70%. Y la OPEP, obsesionada por evitar los errores del pasado, quiere ante todo anticiparse a caídas del consumo. Por el momento no lo logra pese a anunciar esta semana el mayor recorte de oferta de sus 40 años de historia. En el ánimo de los operadores pesan más los temores al efecto de una crisis global.

Francesc Xavier Mena, profesor de Esade y especialista en el sector, asegura que los precios aún caerán más en los próximos meses, "en particular si la economía china, que era uno de los motores de la demanda, ralentiza su crecimiento. Entonces, el barril podría hundirse hasta los 30 dólares". En cambio, a medio plazo, tenderá de nuevo a los 70 dólares. El crudo vive el declive de los campos de explotación, según los expertos. Y todo dependerá de los conflictos geopolíticos --Irán--, que suelen marcar también la pauta, dice Mena.

La tendencia bajista de finales de los 90 empujó al sector petrolero a unirse. Entonces, BP compró la estadounidense Amoco, Exxon y Mobil crearon el gigante que son hoy y la francesa Total adquirió la belga Petrofina. Además, se recortaron las inversiones en petróleo y solo hace poco empezaron a remontar.