El petróleo Brent, la calidad de referencia en Europa, siguió ayer la escalada iniciada a finales de la semana pasada y alcanzó un precio máximo de 57,65 dólares por barril, sin precedentes en la historia del mercado de Londres. El temor a que un nuevo aumento de la oferta por parte de la OPEP no logre cubrir la demanda de crudo propulsó las cotizaciones. El petróleo de referencia en EEUU, el West Texas, superó los 58 dólares.

Un informe de Goldman Sachs pronosticaba la semana pasada un precio de hasta 100 dólares por barril como consecuencia de la fuerte demanda. Este fue el detonante del despegue de las cotizaciones el pasado viernes. Los ánimos no se calmaron ayer a pesar de que el jeque Ahmad al-Fahd al-Sabah, presidente de la OPEP, confirmó que el cártel había iniciado contactos para incrementar la oferta diaria en otros 500.000 barriles, hasta llegar a 28 millones. Sólo al cierre de la sesión, el barril cedió terreno y acabó en 56,35 dólares. "Si se produce alguna decisión será en las próximas dos semanas. Por eso, si hay nueva producción, será a partir de mayo", especificó el jeque. Estas afirmaciones se producen cuando EEUU, el principal consumidor de petróleo del mundo, se encamina hacia la driving season (temporada de conducción), en la que se emplea mucho más el automóvil y, por tanto, se dispara la demanda de carburantes.

En España, el gasóleo se encuentra a 87,30 céntimos de media (145 pesetas). La gasolina de 95 octanos, con un precio medio de 91 a 92 céntimos, roza el euro por litro en algunas estaciones de servicio, según los datos del Ministerio de Industria.

El encarecimiento del crudo tiene un impacto muy directo en diversas industrias, como las aerolíneas. El sector a escala mundial, que pronosticó al comenzar el 2005 la vuelta a los beneficios, vuelve ahora a prever pérdidas que pueden ser de 4.264 millones de euros (709.470 millones de pesetas).