El Ministerio de Justicia ruso tomó ayer la decisión de congelar las cuentas de la petrolera Yukos, 24 horas después de haber permitido a la compañía su uso para financiar las operaciones diarias y los fletes de transporte con los que asegura las exportaciones de petróleo.

Esa decisión dejó prácticamente sin efecto el anuncio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de subir la producción de petróleo, que el miércoles hizo retroceder los precios desde niveles históricos.

LA DEMANDA SIGUE FUERTE De esta forma, el barril de brent --calidad de referencia europea-- para entregar en septiembre registró un nuevo máximo en los 41,30 dólares en el mercado de Londres. La demanda se mantiene fuerte, y en la medida en que persiste la inseguridad sobre el suministro, los precios seguirán altos, destacan los analista. La situación de Yukos --compañía con la que menos empresas quieren hacer negocios por el riesgo de no cobrarlos--, mantiene la incertidumbre. A las dudas sobre el suministro, se suma el temor al impacto económico de los elevados precios. Algunas patronales instaron ayer a lograr mayor eficiencia energética.

Asimismo, la sociedad de valores Intermoney señaló que la subida del precio afectará "en gran medida" al crecimiento de la economía española, que depende "en su totalidad" de las importaciones de crudo. El director del área de mercados, José Salmerón, dijo que el precio del crudo "va a lastrar en cierta forma la pequeña recuperación" que había registrado la economía española a comienzos de este año. Y tendrá un mayor impacto en Europa que en Estados Unidos, debido a la "rigidez del mercado de trabajo y a las deficiencias de las economías".