El precio del petróleo volvió ayer a encarecerse. El temor a que la crisis de la petrolera rusa Yukos, la mayor del país, afecte a las reservas europeas, y los nuevos ataques contra instalaciones petroleras en Irak acabaron ayer con el ligero recorte del día anterior, cuando la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela hizo bajar los precios.

Durante la mayor parte de la jornada de ayer, los precios continuaron a la baja, favorecidos por la resaca venezolana. Las bolsas se contagiaron del optimismo. Todos los mercados europeos cerraron con ganancias y el Dow Jones abrió al alza en Wall Street. El Ibex 35 español lideró los beneficios con un avance del 1,22% que le permitió recuperar parte de las pérdidas acumuladas en agosto (más del 4%) y dejar atrás los mínimos del año.

Sin embargo, a medida que avanzó la jornada se impuso el pesimismo por las malas noticias procedentes de Rusia y de Irak. El mercado del petróleo dió entonces un giro y el Dow Jones también. En Londres, el precio del Brent, que había llegado a bajar el 3% (hasta los 42,33 dólares el barril), remontó con fuerza, hasta los 43,05 dólares el barril. El precio aún quedó por debajo de la marca del lunes (43,67 dólares) y del récord del viernes (44,88 dólares).

En EEUU, el barril de Texas llegó a bajar ayer hasta los 45,63 dólares, pero luego llegó hasta los 46,95 dólares, con fuertes signos de inestabilidad durante toda la jornada.

SITUACION EN RUSIA Los operadores estaban pendientes ayer de las noticias que llegaban de Rusia relativas a la petrolera Yukos. Las perspectivas sobre esta empresa parecían algo más favorables al inicio de la sesión, después de asegurar Ferrocarriles de Rusia que seguiría transportando el crudo a sus clientes. Con ese escenario, que parecía garantizar la continuidad de los suministros a destinos como China, el precio del crudo inició una tendencia descendente.

FUTURO INCIERTO Pocas horas después, sin embargo, se conoció que el Tribunal de Arbitraje de Moscú había rechazado la solicitud de la compañía de detener una sentencia que le obliga a pagar 3.400 millones de dólares por supuestos impuestos evadidos en el 2000. Con las cuentas embargadas y la perspectiva de que sean subastados algunos de sus principales activos, el futuro de la empresa rusa es incierto y con ello gran parte de las exportaciones de crudo de Rusia.