Un grupo de trabajadores ha promovido hoy paros espontáneos en algunos de los talleres de pintura y montaje de la planta de Seat en Martorell para protestar contra los despidos, lo que ha paralizado la producción en estas áreas, según han informado a Efe fuentes sindicales.

La movilización, que ha sido iniciativa de algunos trabajadores del turno de mañana, después de que ayer la dirección de la compañía automovilística comunicase los 660 despidos con que finalmente concluyó el expediente de regulación de empleo, afecta a los talleres 4 y 5 de pintura, y al 8, 9, 10 y 11 de montaje, todos en la fábrica de Martorell.

"Los trabajadores han decidido parar para protestar contra los despidos", ha asegurado uno de los delegados sindicales de Seat, donde esta mañana se han organizado asambleas de empleados.

El paro de unos pocos trabajadores en las líneas de montaje ha afectado a gran parte de la cadena, por lo que la movilización ha afectado a la producción en los talleres mencionados, según las mismas fuentes.

Tras las asambleas, algunos de los empleados han marchado hacia las oficinas de presidencia, donde se ha tenido que reforzar el personal de seguridad para impedir el paso de los manifestantes, que gritaban consignas contra la cúpula de la filial de Volkswagen.

Los paros han empezado a las siete de la mañana y han finalizado, aproximadamente, a las 10.30 horas, después de la conclusión de la asamblea.

Por la tarde, un grupo de trabajadores de este turno ha promovido nuevos paros en los talleres de chapistería, montaje y pintura. Al igual que esta mañana, la protesta ha paralizado la producción.

Seat comunicó los despidos ayer, a dos días del inicio de las vacaciones de Navidad en la filial de Volkswagen, donde no se volverá al trabajo hasta el 2 de enero.

El paro, por tanto, afecta a la producción del último día laboral del calendario de Seat, empresa que cerrará el año con una producción de poco más 385.000 unidades, casi 4.000 menos que en la última estimación y 60.000 menos que en la previsión inicial, que fijaba una fabricación de 446.000 coches, lo que supone el peor registro desde hace una década.