El Índice de Precios de Consumo (IPC) se mantuvo estable (0,0%) en diciembre en relación al mes anterior, pero redujo su tasa interanual seis décimas, hasta el 1,1%, su nivel más bajo del año y una décima menos de lo anunciado con los datos provisionales al inicio de enero, según los datos definitivos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta evolución se debió al menor encarecimiento de los carburantes y de la electricidad.

De este modo, los precios terminan el 2017 por debajo del incremento salarial pactado en convenio (1,43% hasta diciembre), aunque por encima de lo que subieron los sueldos de los empleados públicos este año (1%) y del aumento que experimentaron las pensiones (0,25%), con las consiguientes pérdidas de poder adquisitivo.

Tanto la tasa interanual como la mensual se sitúan una décima por debajo de los datos avanzados por Estadística a finales del mes pasado (1,2% interanual y 0,1% mensual). La tasa interanual de diciembre es la decimosexta tasa positiva que encadena el IPC interanual, e implica que los precios son a finales del 2017 un 1,1% superiores a los de hace un año.

El IPC interanual comenzó el 2017 en el 3%, su tasa más alta desde octubre de 2012. En febrero se repitió el mismo porcentaje, pero en marzo, por primera vez en siete meses, la inflación recortó su tasa interanual hasta el 2,3%.

Tras varias subidas y bajadas posteriores, el IPC interanual se situó en agosto en el 1,6%, una décima más que en julio; escaló hasta el 1,8% en septiembre, para posteriormente bajar al 1,6% en octubre, subir al 1,7% en noviembre y acabar el año en el 1,1%.

La inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se mantuvo en el último mes del año en el 0,8%.