La razón del éxito de la jubilación parcial es la posibilidad de sustituir a empleados de 60 años por otros más jóvenes. Estos hacen el 85% de la jornada y el prejubilado el 15% restante, aunque puede acumular ese tiempo de trabajo en seis meses y marcharse a casa. Otra ventaja es que no se aplican coeficientes reductores a la pensión, con lo que el prejubilado recibe el 100% de la prestación a los 60.