Irlanda siguió ayer resistiéndose a aceptar un humillante plan de rescate para su economía. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, no contribuyó gran cosa a aclarar en qué punto se encuentran actualmente las negociaciones y cuándo finalmente cederá a las presiones. Cowen volvió a cargar contra las informaciones "mal documentadas e inexactas" afirmando que su país había pedido ayuda.

El jefe del Ejecutivo irlandés se contentó con repetir, tal como había anunciado el lunes, que su Gobierno está trabajando con los socios europeos para calmar los mercados financieros, pero no avanzó detalles sobre el contenido de las discusiones.

CONFIANZA DEL MERCADO Cowen tampoco soltó prenda sobre la posible elaboración de un plan de ayuda a favor de los bancos irlandeses, tal y como había dado a entender la Comisión europea. "Va en el interés de todos que encontremos una solución creíble, eficiente y sobre todo, que ofrezca confianza a los mercados", indicó con vaguedad.

El jefe de Gobierno y líder del Fianna Fáil parece no querer ver la realidad e insistió en que su Gabinete ha dado los pasos necesarios desde el año 2008 para estabilizar al país. Las finanzas públicas, afirmó están bajo control, si bien, concedió, son necesarias futuras medias para estabilizar la economía.