La Intervención General del Estado dio ayer nuevos argumentos al Gobierno frente a las voces que le reclaman una rebaja de impuestos generalizada para salir de la crisis. La presión fiscal --relación entre los ingresos de las administraciones públicas vía tributos y cotizaciones sociales y el Producto Interior Bruto (PIB)-- registró el año pasado un descenso histórico de 4,25 puntos porcentuales, hasta el 32,83% del PIB. Con estos datos, la presión fiscal española se aleja aún más de la media de la zona euro, que en el 2007 era del 40,5%.

La carga tributaria se sitúa así, en España, en el nivel más bajo que registra desde antes del 2003. Desde ese año, la tasa no hizo sino crecer, al pasar del 33,92% al 37,08% del 2007. La crisis se ha llevado por delante en un solo año todo el incremento acumulado en los cuatro años anteriores (3,16 puntos) y algo más. Los recursos fiscales, fruto de la menor actividad y de las medidas anticrisis, han descendido el 7,7%, mientras que el PIB nominal (excluido el efecto de la inflación) aumentó el 4,2%.

La caída de la presión fiscal en 4,25 puntos del PIB explica en gran parte el deterioro de las cuentas públicas, que pasaron de tener un superávit de 23.259 millones de euros en el 2007 (equivalente al 2,21% del PIB) a un déficit de 41.874 millones de euros en el 2008 (el 3,82% del PIB). A la caída de la presión fiscal de 4,25 puntos se sumó un aumento del gasto público equivalente a 1,78 puntos del PIB, en parte debido a las prestaciones por desempleo.

EMPRESAS Todos los componentes tributarios cayeron el año pasado. Sobre todo, retrocedió el peso del impuesto de sociedades, que pasó del 4,73% al 2,85% del PIB. Ello fue debido tanto a los menores beneficios empresariales como a las rebajas fiscales introducidas por el Gobierno. También cayeron los impuestos indirectos, del 12,01% al 10,12%, reflejando la desaceleración del consumo.