Amedida que pasan las horas, aumenta la presión política para que el presidente de la Société Générale (SG), Daniel Bouton, asuma sus responsabilidades en el fraude de 4.900 millones de euros causado por el corredor de bolsa Jér´me Kerviel y presente la dimisión. Desde que el presidente, Nicolas Sarkozy, diera el lunes el banderazo de salida, numerosos políticos de la mayoría gubernamental y miembros del Gobierno se han lanzado a criticar a Bouton.

Presidente de SG desde 1997 y antiguo director de gabinete de Alain Juppé durante su etapa de ministro del Presupuesto de Jacques Chirac, entre 1986 y 1988, Bouton puede presentar la dimisión en la reunión del consejo de administración del banco prevista para hoy. Bouton ya dimitió la semana pasada, pero su renuncia no fue aceptada por el consejo de administración.

VENTAS SOSPECHOSAS Después de que Sarkozy instara el lunes a Boutin a asumir sus responsabilidades, la ministra de Economía, Christine Lagarde, que había defendido hasta entonces a la cúpula del banco, dijo ayer que "no se puede negar que la Société Générale esté en situación de crisis", pero que pertenecía "a los consejeros" la decisión de mantener o no a Bouton en la presidencia. Su colega de Justicia, Rachida Dati, afirmó que la responsabilidad de Bouton podía "estar comprometida".

La decisión judicial de liberar a Kerviel y no acusarlo de estafa contribuye a que la situación de Bouton, que lo había calificado de "defraudador" y "terrorista", sea insostenible. Además, ayer se conoció que el consejero Robert A. Day vendió el 18 de enero, el mismo día en que se descubrió el fraude, acciones por valor de 40,5 millones de euros. Nueve días antes, vendió 85,7 millones. La situación de SG ha desatado rumores de opas. Ante esta posibilidad, el primer ministro, François Fillon, declaró ayer que está atento "a los riesgos de desestabilización" y que impedirá los raids hostiles: "Société Générale es un gran banco francés. El Gobierno quiere que siga siendo un banco francés". Fillon añadió que, pese a ser privada, "la primera responsabilidad del Gobierno es pensar en los 130.000 asalariados de esta empresa y en sus clientes". Los rumores, que citan a la BNP como posible comprador, elevaron la acción de SG el 10,4%.